Durante todos los imperios a través de la
historia han surgido necesidades en el ser humano quien ha ido tomando las
ideas que les podían servir de los imperios antecesores, las cuales fueron
mejorando y perfeccionando significativamente con cada paso del tiempo.
Es así que en un viaje al pasado
específicamente a la existencia del imperio persa, se encuentra que en
diferentes épocas y por razones completamente desiguales, al igual que Moisés según
narra la biblia encontraron agua entre las rocas, y la pregunta es ¿Cómo es
posible que el agua surja entre las rocas?
Hoy en día para las personas que no profesan
alguna religión o que simplemente no leen la biblia, además desconocen la historia de la humanidad es
posible que de cierta manera les resulte inconcebible esta idea; pero, al
revisar los escritos bíblicos mencionan que efectivamente Moises extrae agua de
las rocas al golpearlas con su vara milagrosa.
Éxodo
17:1-7 AGUA DE LA ROCA
El
capítulo diecisiete de Éxodo es otras de esas experiencias duras de
aprendizaje. Israel acampo en Refidim, "y no había agua para que el pueblo
bebiese" (v. 1). Dios ya había provisto milagrosamente para ellos, la
carne, el maná y el agua dulce. ¿No podría Él proveer de una manera maravillosa
otra vez? ¿No demostraría Él su amor por ellos? ¿Por qué es duro para ellos
creer que el SEÑOR quiere lo mejor para ellos? La situación comenzó a
estar tan mal que Moisés nombró el lugar Masah (significa,
"intentar, tentar, prueba, tentación") y Meriba (significa
"reprender, pelear, distensión o disputa"). Fueron pruebas y peleas
de los hijos. La gente de Israel "probó al SEÑOR, diciendo, '¿Está, pues,
Jehová entre nosotros, o no?'" ¡Claro que Él estaba allí! Ellos tenían un
recordatorio constante de la presencia de Jehová por la columna de nube de día,
y la nube de fuego de noche. ¿Cómo posiblemente podrían ellos fallar en saber
que Él estaba allí y Él cuidaba de ellos?
La
gente comenzó a quejarse y a pelear contra Moisés. "Y disputó el pueblo
con Moisés, diciéndole: 'Danos agua para que bebamos. ¿Por qué disputáis
conmigo? ¿Por qué tentáis a Jehová?' les respondió Moisés" (v. 2).
"Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por
qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros
hijos y a nuestros ganados? (v. 3) Esto se puso tan mal, que las personas
estuvieron listas para empedrar a Moisés, cuando él le oraba a Yahvé (v. 4).
Moisés estaba desesperado. Él "clamó al Señor".
"Jehová
respondió a Moisés: 'Pasa delante del pueblo y toma contigo algunos ancianos de
Israel; toma también en tu mano la vara con que golpeaste el río, y ve. Allí yo
estaré ante ti sobre la peña, en Horeb; golpearás la peña, y saldrán de ella
aguas para que beba el pueblo.' Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos
de Israel" (vv. 5-6).
Esta
"vara de Dios" es la que utilizó Moisés para golpear las aguas del
Nilo y convirtió las aguas en sangre (7:20). La vara era un símbolo de poder.
Sosteniéndola en su mano Moisés demostró dependencia y confianza en Dios. No
había magia en la vara de Moisés. El poder estaba inclinado en la presencia de
Dios con Sus líderes elegidos. Dios proveyó el agua.
Teniendo
la claridad de la vara milagrosa de Moises hay que hacer una reseña en la
histórica inteligencia y necesidad de supervivencia de los persas que si bien
es cierto es evidente que la extracción del agua para los persas no fue causa
de los milagros ni de la lógica.
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