El
Zigurat y la torre de babel
El
zigurat eran enormes construcciones de los magnos edificios de Mesopotamia los
cuales no estuvieron dedicados a sus muertos, sino a los vivos, los templos
mesopotámicos respondían a las funciones de vida cotidiana de cada
ciudad-estado.
El
dios era el verdadero señor de la ciudad, y el jefe del clero era solamente su
representante, reinando con este título sobre todos los habitantes de la ciudad. Del templo partía la autoridad, y a él llegaban todos los productos de la
explotación económica, para luego redistribuirse al centro urbano.
Los
primeros zigurat de dimensiones monumentales comenzaron a elevarse durante la tercera dinastía de Ur, alrededor del 2100 a.C., no es de extrañar que su construcción
se volviera cada vez más compleja.
El
templo de la ciudad Ur, quizá el más grandioso, fue construido en honor a la
diosa Nannar, símbolo lunar. Si bien hoy se conserva sólo una parte del
monumento, se sabe que originariamente contaba con una base de 62 metros x 43
metros, alcanzando una altura desconocida, aunque superior a los 15 metros que
hoy se mantienen. Se componía de
varias terrazas superpuestas, con el templo propiamente dicho en su cúspide.
El
zigurat era concebido como una especie
de puente entre el cielo y la
tierra, un punto físico por el cual los mesopotámicos creían que se
manifestaban las voluntades de los dioses. Su estructura piramidal también
podría haber evocado a la montaña primordial, que formaba parte de
los mitos de la creación sumeria.
En
la construcción de los zigurat se
utilizaban ladrillos de adobe unidos por una masa de mortero y caña, motivo por
el cual la erosión redujo en gran
parte sus dimensiones, cuando no los hizo desaparecer.
Ahora
bien con respecto a la historia de la torre de babel tenemos la teoría bíblica en
el libro de Génesis, capítulo 11 Todo el mundo hablaba una misma lengua y
empleaba las mismas palabras. Y cuando los hombres emigraron desde Oriente,
encontraron una llanura en la región de Senaar y se establecieron allí.
Entonces se dijeron unos a otros: “¡Vamos! Fabriquemos ladrillos y pongámolos a
cocer al fuego”.
Y usaron ladrillos en lugar de piedra, y el asfalto
les sirvió de mezcla. Después dijeron: “Edifiquemos una ciudad, y también una
torre cuya cúspide llegue hasta el cielo, para perpetuar nuestro nombre y no
dispersarnos por toda la tierra”.
Pero el Señor bajó a ver la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo, y dijo: “Si esta es la primera obra que realizan, nada de lo que se propongan hacer les resultará imposible, mientras formen un solo pueblo y todos hablen la misma lengua. Bajemos entonces, y una vez allí, confundamos su lengua, para que ya no se entiendan unos a otros”.
Así el Señor los dispersó de aquel lugar, diseminándolos por toda la tierra, y
ellos dejaron de construir la ciudad. Por eso se llamó Babel: allí, en efecto,
el Señor confundió la lengua de los hombres y los dispersó por toda la tierra.
Sin
embargo esta famosa torre no era más que un zigurat babilónico, que fue construido
y dedicado al dios Marduk y de la que se dice que alcanzaba los 91 metros de
altura. Por lo tanto una vez más se puede decir que la biblia ha copiado los
hechos más relevantes dentro de la historia para hacerlos suyos y lo cierto es
que jamsa existió la torre de babel y por lo tanto no surgieron las lenguas en
este lugar, solo es un mito como otros que han sido utilizados para dar una explicación
lógica a hechos de tanta relevancia.
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